RESEÑA NOVELA EL CUARTO DE LA PLANCHA, DE INMA CHACÓN (CONTRALUZ EDITORIAL).

Buenos días!

Volvemos a las reseñas mientras preparo los looks que estoy haciendo con la paleta que os enseñaba en la anterior entrada! Y como leo más que me maquillo, hoy venimos con un libro muy especial, de una autora con la que me he estrenado y me ha gustado muchísimo y de una editorial con la que también me he estrenado. Ya veréis como la portada os va a encantar. Os presento El cuarto de la plancha, de Inma Chacón y Contraluz Editorial.

Sinopsis:

Un homenaje a las familias y a las madres tiernas, valientes y cómplices

El cuarto de la plancha es un libro tejido con el amor de las madres y de las historias que se susurran al oído antes de irse a dormir; es un canto de amor a la familia con todo lo que tiene de caótico, de bueno, de triste, de sabio y de conocido; es una mano tendida, un corazón remendado y una ventana abierta a los recuerdos. Es, en suma, la voz única, sincera y dulce, certera y personalísima de Inma Chacón desgranando en una obra inolvidable, tierna, divertida y cercana, también desgarradora por momentos, la historia de su familia, y la suya propia, narrada como su más fascinante novela.

De la particular relación que une a dos hermanas gemelas a lo largo de toda su vida y más allá de la muerte al valor de una joven madre viuda capaz de sacar adelante a sus nueve hijos; del misterio de un abuelo que no parecía querer a sus nietos al de una segunda esposa enamorada que, por no molestar, casi no tenía ni nombre; del recuerdo de un padre con un corazón tan grande que no le cabía en el pecho a los secretos que oculta un costurero antiguo o un rosario de piedras amarillas... Todo cuanto se nombra en El cuarto de la plancha guarda un significado y una historia. Pero, sobre todo, atesora un sentimiento, una emoción, que hace de este libro una obra cautivadora, honda, conmovedora, difícil de olvidar.

**********

Hoy vengo con una novela de una autora a la que leo por primera vez, la portada me llamó la atención cuando la lanzó el año pasado la editorial y como la tenía en mis pendientes, al final ha caído. Ya me habían avisado que la autora escribe precioso, muy cercano, nos podemos reconocer en muchas de las cosas que cuenta, porque habla de lo cotidiano, lo que hemos vivido todos de pequeños, pero temía que me hiciera daño por mis circunstancias personales. Finalmente, ha resultado ser un bálsamo, me ha emocionado y también me ha hecho reir, es una de esas novelas amables que te dejan buen sabor de boca y te calientan el corazón. 

Se trata de una novela muy personal, ya que la autora nos relata la vida de lo que podría ser cualquier familia de hace unos años, de nuestros abuelos por ejemplo, pero resulta que es su familia. Lo que pasa es que la tesitura en la que se encuentran es tan parecida a la que hemos podido vivir muchos de nosotros, de nuestros padres y abuelos, que como digo, es fácil que nos sintamos identificados en muchas de las cosas que relata. Así que vamos a conocer a su madre, sus hermanos, su hermana gemela y la unión tan especial que tuvieron tienen... Cuando me di cuenta de que su hermana era Dulce Chacón a la que sí he leído (La Voz Dormida) me dio mucho sentimiento. Y es que esta novela está dedicada a su madre y a toda su familia, por eso relata las peripecias de todos, anécdotas, el legado que dejaron... Y como su madre ya estaba muy mayor había cosas que había comenzado a olvidar, y la autora quería que se quedaran "registradas" para que no quedaran en el aire, que todos los suyos pudieran recordar, echar mano de estas páginas en momentos de nostalgia, revivir a través de la lectura momentos inolvidables... Y como cabeza de familia de todos ellos a muy pronta edad, su madre merecía ser la más relevante y sobresaliente en esta historia, la historia de un cuarto de la plancha especial para madre e hija, ya que ella fue la que se quedó con su madre cuando la cosa se puso complicada.

Porque en verdad siempre estuvo la madre, ya que el padre la dejó sola demasiado pronto, por lo que hoy llamaríamos una negligencia, y en esos tiempos, no se luchaba, se dejaba estar, se afrontaba, se reorganizaba la "nueva vida" y a tirar p'alante, no vaya a ser que se quedaran más en el camino si nos parábamos demasiado tiempo a llorar al que se había ido. Eso es lo que nos viene a decir la autora, cuando la madre se vio sola con nueve hijos (me lo puedo imaginar, mi abuela tuvo ocho, y otros tantos abortos). Pero ojo, que su bisabuela tuvo veintisiete hijos, aunque le sobrevivieron sólo ocho. Estos nueve hijos iban de los catorce años a los cinco, así que, como todos podéis imaginar, los mayores tuvieron que encargarse de los pequeños porque la madre no daba abasto, eso sí, dio un giro a su vida, se remangó y  se hizo fuerte ante la adversidad. Por eso Inma está tan orgullosa de ella y la ha hecho protagonista de esta novela, que no cumple el rol de novela en sí, es más bien como un diario de vida. Porque como ella misma nos cuenta, se ha tomado la literatura como un salvavidas.

«Mi madre no tiene nombre. Solo se llama mamá, como todas las madres del mundo. Nunca se me habría ocurrido dirigirme a ella de otra manera».

* Inma y Dulce, la autora dice: "La muerte de Dulce yo no la he superado ni creo que la vaya a superar nunca. Sí que la he asumido y he aprendido a vivir de otra manera. Pero no se supera".

Una parte esencial del libro va dedicado a su hermana, sí habla de todos los hermanos, cada uno con sus rasgos, pero ser gemela tiene otra entidad, que sólo sabrán quiénes lo son. ¿Y qué pasa cuando tu gemela fallece? Inma nos lo va a contar, se va a abrir en canal, es desgarrador, nos hace ver lo unidas que estaban, sin nada de la rivalidad que a veces tienen estos hermanos, que incluso se opacan los unos a los otros, y siempre hay uno que destaca por encima del otro. En el caso de Inma y Dulce, fueron hermanas, amigas, siempre juntas y su otra mitad. Vivieron mucho las dos, bueno y malo, y cuando Dulce partió, se llevó una parte de Inma, y ella se quedó con una parte de Dulce. Dos en una, por siempre. La autora incluso confiesa que pensó en cambiar de aspecto físicamente, para no hacer sufrir a los demás, ya que al verla a ella, veían a su hermana, y el duelo seguía y seguía. Me han parecido muy emotivas todas estas confesiones de lo que creo que ha sido el momento más duro de su vida. Hay una escena que os dejará un nudo en la garganta con José Saramago, no os la cuento porque lo bonito es leerla!

Es esta una novela para leer con calma, sin prisas, saboreándola y viviéndola. Porque te llevará de la mano a recordar cosas de la niñez, o anécdotas que le has oído a tus familiares, a tus abuelos, es por eso que no es una novela trepidante, con un ritmo acelerado. Es una novela sosegada que aúna el drama y momentos intensos de emoción con momentos que nos sacan la sonrisa, con lo cual el lector recordará sus propias vivencias y sólo así, leyéndola sin premura, es como disfrutaremos de ella. También hay que elegir el momento adecuado, no es esta una lectura para todo el mundo. Si has perdido un ser querido hace poco o estás en situación de gente cercana con enfermedad, mejor dejarla para más adelante.

En definitiva, una novela dedicada a las familias, padres, abuelos, hermanos, llena de retazos de vida que saltan de adelante a atrás y viceversa, para volver sobre sus pasos a otra anécdota pasada, a una reunión familiar, una celebración, y recordar a alguien que falta, el chascarrilo de aquel, la batallita de la tía que te daba dinero a escondidas. El pan nuestro de cada día de los de esta quinta. Porque en nuestros tiempos se escuchaba a los abuelos, a veces con más interés y otras veces con menos ganas, pero todos recordamos esos refranes que nos decían, esos que nos contaron cien veces... Y es lo que se está perdiendo ahora, no se escucha a nuestros mayores, siempre con prisas, acelerados, no tenemos tiempo ni para los hijos ni para los padres. La autora nos anima a escuchar, a vivir con ellos esos momentos que no volverán, para no arrepentirnos luego, expresándolo todo con dulzura, con cariño, con ternura. Una novela super recomendable.

**********

En cuanto a la autora, INMA CHACÓN (Zafra, 1954) es doctora en Ciencias de la Información y fue decana de la Facultad de Comunicación y Humanidades de la Universidad Europea. Su primera incursión en el mundo de la narrativa fue con "La princesa india", novela a la que siguieron "Las filipinianas", "Tiempo de arena" (por la que fue finalista del Premio Planeta), "Mientras pueda pensarte" y "Tierra sin hombres", que fueron grandes éxitos de ventas y crítica. También ha publicado la colección de relatos "Voces. Antología personal" y los poemarios "Alas", "Urdimbres", "Antología de la herida" y "Arcanos". En el campo de la dramaturgia, es autora de varias obras, entre las que destacan "La Baltasara" y "Las Cervantas", escrita junto a José Ramón Fernández por encargo de la Biblioteca Nacional. También ha colaborado en numerosos libros colectivos de poemas y de relatos. "Los silencios de Hugo", su séptima novela, es un homenaje a su tierra, Extremadura.

Y con esta reseña casi casi acabamos la semana! Espero que os haya gustado, ya sabéis que aquí traigo variedad de lecturas porque los lectores podemos disfrutar tanto con un buen thriller como con una novela intimista como esta. Qué tengáis un finde muy especial y puente los de Andalucía! Un besote!