Hola hola!
Ya queda poquito para que acabe el año (hacedme caso, que en breve tenemos los turrones en Mercadona), y hay que ir rindiendo cuentas en los retos, acabando sagas... Y es por eso que hoy os traigo una nueva reseña de una novela que me ha acompañado este verano y os cuento mis impresiones acerca de ella. Se trata de Todas las Ventanas, de Bárbara Sánchez, una novela cortita que se lee super bien y que viene de la mano de Editorial Plaza y Janés! Os lo cuento todo!
Seis mujeres, vecinas de un mismo bloque, están a la espera de algo. Cada una aguarda cosas distintas, pero para todas se trata de una espera relacionada con lo sentimental. En el 1.° B vive desde hace dos semanas Amelia, una periodista de veintinueve años con trabajo y pareja. Su vida da un giro radical cuando la despiden y su novio decide irse a trabajar una temporada a Washington. En plena crisis vital, Amelia conoce a sus nuevas vecinas. Juntas ponen en marcha una tertulia de radio en la azotea del edificio para contarse su día a día al tiempo que intentan ayudar a Agustina, la mayor de todas ellas, a recuperar su casa de toda la vida.
Una historia de sororidad, amor y amistad que refleja la problemática de la mujer contemporánea y la contradicción entre haber tenido que mirar al mundo desde las cuatro paredes de la casa para ahora ser parte activa de lo que sucede al otro lado. Y es que las protagonistas de esta novela son como las ventanas: no terminan de saber si están dentro o fuera.
**********
Opinión y Reseña:
Me pareció que esta era una novela bonita, de esas que se dejan leer en verano entre rayos de sol y la tranquilidad de oír las olas. Y no me equivoqué. La acción se sitúa en Madrid, en un edificio de esos señoriales pequeñitos, con 6 pisos y un montón de balcones. La autora no ha necesitado más emplazamientos que los rinconcitos de este edificio (descansillos, azotea, las propias casas) para crear una historia de, por y para mujeres, donde reina la sororidad y la empatía entre ellas, y dejarnos con muy buen sabor de boca en su primera novela. También aparece algún lugar más, la plaza de enfrente de las viviendas, una radio.. Pero poco más, porque ese edificio también tiene su personalidad, es como otro personaje, y esas ventanas o balcones también.
Se supone que la principal protagonista es Amelia, una periodista que hace poquito que ha llegado al edificio como alquilada junto con su novio Gonzalo, también periodista (trabajan en el mismo periódico). De hecho, le han alquilado su piso a Isabel, que también vive en el edificio, en la planta tercera. Todo empieza pues por Amelia, que va a recibir la peor de las noticias en los tiempos en que nos encontramos. Ha sido despedida. Y a la misma vez recibe otro mazazo, a Gonzalo lo han ascendido, y ese ascenso consiste en que se va de corresponsal a Washintong, allí a grabar La Casa Blanca. Amelia siempre se ha encontrado como por debajo de Gonzalo, y esto destapa todos sus miedos e inseguridades. Además, ya se separaron en otra ocasión por algo similar y la cosa dejó muchas heridas sin cerrar. Evidentemente Gonzalo se va, y comienza la vida de Amelia, sola y en paro, en un edificio habitado sólo por mujeres.
La autora ha usado a Amelia para introducir la historia, pero no creo que ella sea la auténtica protagonista, todas ellas lo son. Porque tanto Isabel, como Beatriz, como Ana María, como Mónica, y sobre todo Agustina, por ser la veterana y la que más tiempo lleva allí, tienen mucho que decir, y tienen historias personales que merece la pena conocer. Y eso es lo que piensa Amelia cada vez que se encuentran tendiendo en la azotea, o en el rellano, o al entrar o salir de sus pisos. Empieza escribiendo en una especie de diario lo que sabe de cada una de ellas, al principio por aburrimiento, por no tener nada que hacer, por dejar de pensar en Gonzalo... Pero luego se da cuenta de que necesita saber más de ellas y plantea que se reunan en la azotea a hacer una especie de postcad donde cada día se hablará de algo distinto, y podrán dar rienda suelta a todo lo que piensan y anhelan. El lector asistirá como invitado especial a esta improvisada tertulia donde, de una manera intimista sabremos todo de estas mujeres: su pasado, sus culpas, las mochilas con las que cargan, cosas que cambiarían de sus vidas... Algunas con más reticencias al principio y otras desde primera hora con muchas ganas de hablar, estas reuniones tendrán un punto álgido cuando se les propongan hacerlas en la radio del barrio de manera un poquito más profesional y en directo. Con muchos nervios, pero encantadas con el proyecto, se lanzarán de cabeza a hacerlo.
* Lo que empieza como algo amateur acaba en una radio donde nuestras protagonistas nos contarán sus vivencias y lo que pasa por sus cabezas.
Pero no sólo de amor, de mujeres "abandonadas" y de "feminismo" trata esta novela. La autora, periodista, se ha basado en temas que conoce por su trabajo, en realidades que podemos encontrar en las noticias y en la sociedad hoy en día. Es el tema de la vivienda, tan precaria actualmente para jovenes y para mayores también. En este sentido el personaje de Agustina me ha encantado, por su desparpajo, su caradura, su historia, su determinación, y su vivencias. Agustina, la mayor de todas ellas está convencida de que este año morirá, y qué hizo? Vendió su casa porque no llegaba a fin de mes a este tipo de empresas que especulan con la vivienda permitiendo vivir dentro a la dueña que ha tenido su casa toda la vida y cuando muera, ellos serán los dueños, vamos los herederos. He alucinado porque yo pensaba que esto era cosa de series (por ejemplo sale en La que se avecina), pero es que parece que está a la orden del día. Y lo mejor es que llaman a estas viviendas "vivienda con bicho", o sea la persona que ha trabajado toda su vida para tener un hogar ahora es como una cucaracha que vive allí de prestado. Y ahora Agustina se ha arrepentido de lo que ha hecho y quiere volver a tener su casa para dejarla en herencia a quien ella quiera y porque su casa es de ella y su difunto, que para eso la ganaron con el sudor de su frente.
Todas las chicas (menos Isabel, que es más recta que una regla y seguro que no las entiende) se vuelcan en ayudar a Agustina, y el plan es que la van a hacer pasar por una mujer con demencia que no estaba bien cuando se firmó el contrato y por lo tanto es nulo. Os podéis imaginar las situaciones que se producen con esta idea, y es que Agustina los tiene bien puestos y es super buena actriz. Por ejemplo cuando llega el perito, o cuando roba en la farmacia para que parezca que no está bien... Son situaciones que introduce la autora que te sacan una sonrisa aunque el trasfondo sea un drama brutal por todo lo que está pasando la mujer, porque la engañaron en un momento de debilidad y porque nadie se merece algo así en el final de su vida, pero Agustina es de armas tomar y dedicará unas cositas en su casa a los nuevos propietarios, y unas claúsulas en su testamento para cuando llegue la hora que son surrealistas totales. ¿Qué pasará con esta trama? ¿Conseguirán entre las vecinas que Agustina recupere su casa?
La narración que nos ofrece la autora es algo sosegada, como corresponde a una novela con ese cáriz intimista. Pero no por eso será lenta o desesperante, al contrario, hace que la saborees y que cada trocito lo puedas pensar y reflexionar sobre ello. Vamos a encontrar un tono cercano, de andar por casa, que te llega. Es fácil empatizar con estas mujeres, ponerte en su lugar (seguro que muchas hemos vivido algo similar a lo que están pasando las protagonistas, un despido, una separación, abandono, unos hijos que se alejan de nosotros, una vivienda de la que no sabemos si nos echarán...). Son situaciones totalmente cotidianas y de actualidad, muy real. No os voy a decir cómo acaba todo, pero todo quedará cerrado, no se dejan hilos en el aire acerca del problema de Agustina, o de los sueños de Beatriz, o de la relación de Amelia con Gonzalo. Al final, todo, para bien o para mal se resuelve, y eso me gusta mucho, que sepamos qué ocurre al final sin que nos queden dudas.
" - Ya te lo he dicho, es porque nunca tuve hijos. Nunca tuve nada, solo esta casa. Y el dinero no sirve, el dinero es... Bah, pero tú qué vas a saber. Mira, Amelia, aquí está toda mi vida, es mi casa de siempre, y ahora que ya no es mía, ahora que todo desaparece... Dime, ¿qué se supone que tengo que hacer?".
En definitiva, si buscáis una novela que os deje buen sabor de boca, que trate la realidad que nos rodea, donde destaque la sororidad y apoyo entre mujeres, con mensajes como el amor propio, abrazarnos a nosotras mismas, darnos valor, buscar conexiones donde no esperas, buscar nuestros puntos de apoyo y deshacernos de lo tóxico, con un mensaje claro a la vez que evocador y con capítulos cortos que alternan momentos más serios con otros delirantes, haceros un favor y leed Todas las Ventanas.
**********
En cuanto a la autora, Bárbara Sánchez (León, 1989) es periodista y diseñadora. Ha trabajado en la Cadena SER y en los diarios ABC y El País, donde se especializó en reporterismo local contando historias cotidianas de los barrios de Madrid. Sus relatos se han publicado en las revistas Quimera y Fábula, y ha ganado el Premio Energheia España 2023. Esta es su primera novela.
Y hasta aquí la primera reseña de Septiembre. ¿Qué os ha parecido? Quizás no es a lo que os tengo acostumbrad@s en cuestión de lectura pero estoy segura de que os va a gustar si le dais una oportunidad porque es de esas novelas bonitas que te dejan el corazón calentito. Así que os animo a ir a por ella! Me gustaría saber si os ha llamado la atención, os leo!!! Mientras, un abrazo grande!
Parece un buen libro. Te mando un beso.
ResponderEliminar